por M.B.
Director: José Carlos Plaza
Basado de Fuenteovejuna de Lope de Vega
Producción: Samarkanda Teatro
Círculo de Bellas Artes
3 de marzo de 2009
Hace un par de semanas me planté a ver otra obra de una compañía de actores que ensayaban una obra, y supuestamente paraban el ensayo, según decía el prospecto, pero no era cierto. Esa obra se llamaba “Una comedia española”. En esta de hoy no reza así el prospecto pero sí que paran el ensayo para comentar, y se agradece ver que, con cierto desfase temporal, lo que dice el prospecto de una obra concuerda con lo que sucede en la obra, aunque se trate de obras distintas.
Pero para decir lo que dicen cuando cortan los ensayos (todos opinando como si fueran todos los directores del asunto, leyendo las noticias reales del hecho histórico, leyendo un texto de brecht que creen que viene a cuento, y mucho balbalbal que correspondería al trabajo de mesa por parte del equipo, previo al proceso de ensayos), realmente yo hubiera preferido que no los cortaran. Quizá estaban plagados esos momentos de chistes malos y/o algo pretenciosos, rozando el límite de lo que llamo la pornografía teatral, ese discurso metateatral que desvela al espectador profano el dicho proceso de trabajo previo al resultado final.
Da la sensación de que los dos planos superpuestos no llegan a cuajar, por un lado podría tener cierto interés el ver a esos actores discutiendo sobre cómo debería ser la obra, el final tantas veces versionado, etc, y por otro lado la obra en sí, que me apetecía ver sin cortes y comprendiéndola, bastándome para ello el solo verla, sin tener necesidad de ese bagaje cultural que está en mi cerebro sobre este texto, de alguna vez que lo leyera, viera o que oyera hablar sobre ello. Claramente no ayuda a la comprensión de la obra el cambio constante de personajes por parte de los actores, ni el a veces molesto ruido escénico que impide escuchar algunos versos.
Pero cantando me han conquistado, eran extremeños y eso se notaba, es decir, las canciones que cantan, el tipo de canción, les sale de forma natural, y con necesidad de menos ensayos que si esas mismas canciones las cantara un grupo de actores madrileños, por muy preparados que estuviesen. A veces la sangre extremeña me llama. Me ha gustado también que esos pocos elementos escenográficos que utilizaban para el “trabajo de mesa” sirvieran después para la propia obra de lope, y esas 2 grandes lámparas que al entrar y verlas me han hecho erizar los cabellos. Me han gustado en general los actores, y me ha gustado que se “ventilaran” la obra entre los 8. Y también la agilidad de algunos pasajes, y algún monólogo dicho por todos a la vez en un juego del “todos a una” que hasta mi abuela dijo varias veces durante mi niñez. Y en estos juegos de recitar varias personas a un tiempo el mismo pasaje, unas veces más conseguido que otras, me ha gustado que de repente sonara más por un lateral del escenario que por el otro, y otra vez más por el primero, como si el viento llevara y trajese las voces… Me ha gustado el juego con las dos telas que de repente cuelgan del techo…
Y me ha gustado también el encontrarme al salir a un señor dramaturgo no estrenado, con gafas de sol y gorra y oírle decir lo mismo que había pensado yo de la función. Qué honor, coincido con los dramaturgos no estrenados de 65 años. ¿Un presagio? ¿Una señal? ¿Quiero de verdad ser dramaturgo? Yo qué sé qué quiero.
Lo que claro no me queda es el porqué de la letra “h” en el título.
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