por M.B.
Director y "concepto": Pedro Berdäyes
Producción: Kytatioh co
Sala Cuarta Pared
15 de abril de 2009
A veces, cuando veo danza, se me quitan las ganas de ver más danza. Toda esa gente que baila porque sí y que no sirve haberse leído el papelo del espectáculo para enterarte de lo que pasa en lo que ves…
Vale, no intentaré enterarme de lo que pasa, me dejaré seducir por las imágenes, pero a los 10 minutos de contemplar una imagen, esa imagen me empieza a deseducir.
Aquí he visto a dos tipos de casi 50 años con un delantal y el culo al aire colocando unos bidones de agua vacíos, de unos 10 litros, bidones que previamente ha tirado uno de ellos al escenario, sin dar al compañero, que estaba tumbado sobre el escenario cuando el público entraba, tumbado boca arriba con un escudo de la policía en la cabeza y una cinta adhesiva verde en la cara, que le tapaba los ojos y le pegaba al suelo. Veinte bombillas cuelgan de las varas y se encienden a veces, otras veces no… Cada bombilla cuelga de un cable en el que hay un gancho y del que se engancha al final del espectáculo cada bidón. A todo el recorrido de los bidones hasta llegar a la posición de colgados del gancho, es a lo que asistimos. Los bailarines los colocan unos encima de otros, los tiran abren el tapón, lo cierran, juegan a los bolos, se ponen los calzoncillos que hay dentro de dos de los bidones… Muy entretenido. Al final bailan entre los bidones, sin (casi) tocarlos, pero no hay emoción, porque no hay riesgo, pues los bidones están tan altos que es complicadito tocarlos…
La semana anterior le dije a alguien que qué curioso irse a Alemania a aprender danza, con una beca, y volver a España a hacer un espectáculo en el que lo único que haces es dar botes sobre el sitio, quizá es un poco pobre. Supongo, y espero, que otras cosas haya aprendido en Alemania, aunque sólo sea el idioma. Pienso si no era buena la escuela a la que fue, o no era buena pero no ha aprendido mucho, no lego a creerme que el espectáculo de dar botes sobre el sitio no se le pudiera haber ocurrido también aquí… Este no es el caso de estos dos bailarines, creo, pero lo he recordado durante la función. También he recordado a otra bailarina que del mismo modo se fue a Alemania, becada, y cada vez que vuelve, para mostrar lo que allí ha aprendido, es para darnos espectáculos en los que no baila, sino que coloca y cambia de sitio las cosas, nos enseña sus fotos y las tira por los suelos, corta papel en una trilladora, hace a la sala pintar todas las paredes de blanco… pero de bailar nada.
Cuando se habla de Berlín y de danza pienso que quizá están a años luz de nosotros, ellos han sublimado la danza y se dedican a moverse, a hacer otras cosas que no les llamaríamos nosotros danza. No sé, me gustaría que alguien me lo explicara. Pero tampoco es el caso de los chicos de los bidones.
Los chicos de los bidones después de mover bidones al estilo "becaria en Alemania", bailan algo que suena a antiguo, pero bueno, no me disgustó demasiado… Pero conté los focos del techo… Analicé el peine, los aires acondicionados… Hice tantas cosas durante el espectáculo… Pensé tanto en mis cositas…
Cuando en un espectáculo me pongo a analizar las características técnicas de la sala, algo le pasa. O algo me pasa a mí. A lo mejor no entiendo la danza.
Al final, cuando ellos bailan bajo los bidones iluminados, que no alrededor, como dije antes, la bombilla, que está dentro de cada bidón, se va apagando, una a una, poco a poco, hasta el oscuro final. Y se acabó la danza. Y se acabaron los espectáculos de danza.
M.B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario